BOEING 747

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Hace algunos meses, mientras elaboraba un informe sobre Filosofía, topé con un llamamiento ala paz mundial, no solo como el  cese de la guerra como agente económico, sino también aquella paz que recae en la inexistencia de miseria. 
Curioso fue adaptar aquellas lecciones a la situación de hoy en día, en la que no se ayuda al país vecino anteponiendo como excusa la horrible tasa de crecimiento económico de nuestro propio estado, a pesar de ésto ya en alza.
Entre alguno de los datos que recogía, destacaba que el patrimonio de las 358 personas cuyos activos sobrepasan los 1.000 millones de dólares, grupo que cabe en un Boeing 747, también preocupados por esa "pobreza” para la que destinan millones de dólares desde sus fundaciones, supera el ingreso anual de países en los que vive el 45% de la población mundial. Sería entonces obvio aventurar que el mal reparto de la riqueza es la principal causa de la pobreza. 
Vengo a tratar este tema, ya que en nuestro equipo de historia económica se viene hablando siempre de una falta de recursos políticos,comerciales y/o geográficos que determinen la falta de riqueza en determinados conjuntos económicos de un país o continente.
A resaltar también las últimas palabras del informe, textualmente citadas: 
"Ahí está la cuestión de fondo: la pobreza no es sino el síntoma visible de una situación de injusticia social de base. En ese sentido “pobreza” significa no ser capaz de controlar la propia vida, ser absolutamente vulnerable a la voluntad de otros, rebajarse para conseguir sus fines propios, empezando por el más elemental de sobrevivir. Junto a ello, la pobreza significa no tener la oportunidad de una vida mejor en el futuro, estar condenado a seguir siendo pobre, con lo que la vida no tiene mayor atractivo más allá de poder asegurar la animalesca supervivencia, si es que se logra.

La miseria en que vive tanta gente no es sino la expresión descarnada de la injustica de fondo en que está basada nuestra sociedad planetaria. Por tanto, luchar contra la pobreza y contra la miseria debe ser una acción dirigida a modificar esa injusticia. No es la miseria el objetivo final de esta lucha, como no lo podrían ser, por ejemplo, los niños de la calle, o la delincuencia juvenil, que son los efectos, las consecuencias. Esos son los síntomas visibles de fenómenos complejos. La lucha ha sido y continúa siendo la lucha por la justicia. Como dijo Joseph Wresinski: “Allí donde hay hombres condenados a vivir en la miseria, los derechos humanos son violados. Unirse para hacerlos respetar es un deber sagrado"
Ponencia presentada en el Coloquio Internacional “La miseria es violencia”, de la Asociación Cuarto Mundo / UNESCO. París, Francia, enero de 2012. 
Reflexionemos si es tan cierto que los principios teóricos responden a una pobreza programa o es más bien  ésta, una consecuencia del libre albedrío regulado por las leyes existentes. Un caos ordenado. 

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